La Mole que acabará con todas las Moles, la que ocupó dos pisos en el World Trade Center, la que trajo una vez más a Genshin Impact, a cosplayers y muchos artistas, desde independientes hasta extranjeros. La Mole 2023, en esta ocasión, se las arregló para mejorar muchos aspectos (y recibir críticas desde otros, porque nada es perfecto).
Es bastante extraño como han pasado ya casi dos semanas desde su organización y aún se las arregla para permanecer en mi mente como si hubiera sido ayer. Tal vez porque, en efecto, esto está siendo redactado al día siguiente, pero de todas maneras, las memorias que deja son bastante especiales. Es que para eso es la convención, para disfrutar de los gustos en cómics, anime o videojuegos, así como para encontrarte con tus artistas favoritos o visitar tiendas temáticas con figuras que están más caras que el boleto.
¡Un ejército de fans nos visitó el fin de semana pasado en #LaMole2023! ¿Desde dónde viajaste tú? pic.twitter.com/aL4jKTGFtT
— La Mole Convention (@lamolemx) March 24, 2023
Lo que te llama
Un boleto de 500 pesos más importes por un solo día que no llama a todos y que es discutible, por supuesto. No obstante, no me tocará a decir a mí si vale la pena o no pagarlo, porque, dado que casi todo el contenido dentro de la convención fue de mi agrado, todo se reduce a la capacidad económica y gustos.
Empecemos por lo bueno, entonces. Lo primero que nos recibió, nada más entrar, fue la tienda de Panini con cómics y mangas; un stand de Genshin Impact que, en esta ocasión, era temático de la región de Sumeru; una parte donde Bandai Namco exhibía sus figuras y podías armar a tu propio Gokú; y, sea por donde sea que caminaras, cosplays y más cosplays.
Será lo que fuera, pero el lugar estaba a reventar… bueno, estoy exagerando. Digo, no era exactamente un Pantitlán por la tarde, pero sí que estaba algo llenito el lugar. Aun así, el flujo era fluido y los espacios lo suficientemente amplios (en algunas zonas) para poder apreciar lo que las tiendas ofrecían. Ahora no solo había las típicas de figurinas, sino que también, por ejemplo, nos topamos con una de réplicas de armas y sables de luz llamado Empire Sabers.
Segunda sección, los invitados
Lo que está aquí arriba, que dice “Segunda sección”, no es porque hayan sido divisores… o sea, sí lo eran, quise dar a entender que La Mole 2023 estaba seccionada en distintos sitios. Aunque todo formaba parte de un mismo evento, podías discernir en qué parte acababa qué lugar.
Por ejemplo, pasando los sitios donde podías comprar botanitas de edición limitada, un stand de Crunchyroll, y un lugar para fotos con un carrito de Mario Bros.(También le pertenecía a una tienda… creo), se encontraba un sitio donde se promocionaba The Last Of Us, la serie de HBO. Pasando de ahí, estaban dos cosas importantes: el paseo de los cosplays y el puesto de luchadores (un mini-museo en realidad).
Siempre es de admirar a los invitados que van, se disfrazan, posan y dan su mejor esfuerzo por venderte unas fotos (no las que tomas, porque esas son gratis y podías darles una donación si así lo querías). Estar ahí parado tantas horas es un calvario y se aprecia mucho que se les dé el reconocimiento que merecen. De hecho, también hubo algunos internacionales como Misa Madoka, de Japón.
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Por otro lado, el expositor de luchadores trajo muchas máscaras de exponentes de la Lucha Libre mexicana (por ahí estaban las de El Santo, Blue Demon, el Kemonito y más), así como cinturones de campeonatos. También había una mesita donde te podías tomar una foto con un luchador presente y comprar mercancía.
Los invitados pero de arriba
La avenida de los artistas independientes no se quedó atrás y, al contrario que en otros años, el segundo piso no se sintió tan rezagado. Podría decirse que fue porque ahí también estaban los actores de doblaje y las estrellas invitadas, sin embargo, había mucha gente paseando por los corredores para ver el arte de muchas personas.
Si tuviera todo el dinero del mundo, ellos habrían sido los primeros a los que les habría comprado muchas cosas. Claro que les adquirí, pero es poco decir que me quedé con ganas de llevarme más cosas porque hay que ser sinceros, el talento exhibido en el Artist Alley es abismal.
Aunque no recuerdo ya todos los nombres (porque fueron bastantes y Don Habilidad no se le ocurrió apuntarlos), hubo destacados como Made In Chinga, DanyaelArt, la mente detrás de Myxomatron Studio o Luloverams, donde también me topé con Notperera. Asimismo, los artistas de cómics invitados en La Mole 2023, veteranos en la industria, estaban acomodados hasta el fondo y, aún con esas, rebozaban de gente que se formaba para verlos y admirar su experiencia a lo largo de los años.
Las filas parecían eternas porque los actores de doblaje, dispuestos a firmar y dar saludos, esperaban en sus mesas. Aunque algunos por un solo día, la gente esperaba por exponentes como Mario Castañeda, Carlos Segundo, Isabel Martiñón, Juan Carlos Tinoco, Rubén Moya, Maggie Vera o Víctor Ugarte.
La otra cara
.El talento más reconocido, atribuido a Antonio Viña, Tait Fletcher, Ron Perlman y, los más reconocidos, Tenoch Huerta y Drake Bell; fueron los que más cejas levantaron y miradas atrajeron en el segundo piso. Mientras que parte de los asistentes opinaron que los precios eran excesivos, otros defienden la postura de la cobranza.
Aún así, quienes acapararon más la atención fueron los últimos dos invitados, quienes prácticamente no podías ni tomarles foto. Por otro lado, los demás permitían cierta libertad, pero sus zonas estaban limitadas. Definitivamente, una parte que solo era para los más fanáticos.
De todos modos
Pese a todo, La Mole 2023 fue un año más de éxito para el evento, o al menos así se dejó ver. Si se continúa así para el próximo año, probablemente tenga que ahorrar aún más, pero espero que la calidad perdure o, incluso, mejore.
En definitiva, no es un evento para todos en varios sentidos, pero si uno que, si alguien puede darse la libertad de disfrutar, será una experiencia llena de muchas personas, experiencias únicas y más cosas por gastar si te quieres llevar algo bonito.