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El gusto de caer en la publicidad falsa una y otra vez

Alguien ve la televisión y pasan un comercial del nuevo juego de FIFA, lo compra y resulta que sí era de futbol, pero, ¡oh sorpresa!, era el americano… Así es la publicidad falsa, no siempre tan descarados, tampoco siempre con el mismo objetivo y, por supuesto, no todos reaccionan igual ante estos.

Como (irónicamente) anuncian en los comerciales: en muchas presentaciones, con varias formas y colores. El interés por engañar al consumidor en internet no ha parado desde hace ya varios años. ¿Pero por qué?, ¿qué ganan con estafar? Uno podría decir que dinero, y aunque si es el interés final, hay otros más de por medio.

A veces dinero, otras es algo mucho más valioso que eso y con muchas técnicas de por medio.

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Mafia City, uno de los juegos móviles con más anuncios falsos en la actualidad

A una escala de grises

Al menos una vez uno ha caído en uno de estos anuncios. Desde los más clásicos y obvios como las Chicas maduras a cinco kilómetros de tu casa, hasta algunos más elaborados actualmente que se pueden encontrar en redes sociales como Instagram.

Pero, para empezar, hay que hacer una pregunta que parece obvia, ¿qué es exactamente la publicidad falsa o desleal? Esta se entiende como cualquier publicidad en los que sus elementos principales no sean iguales al producto y también esta tenga la intención de engañar.

Este tipo de anuncios suelen estar en una línea bastante delgadita entre lo falso y lo adornado dependiendo del tipo de producto que sea el que aparece. Por ejemplo, las hamburguesas.

Uno puede argumentar que las hamburguesas de una empresa se ven más ricas, grandes, jugosas y sabrosas (sí, sabrosas en una imagen) en sus fotografías que en la vida real. O este otro ejemplo de unos panqueques que se ven rechonchos, con miel, jugo y lechita; pero seguro los compras y están más delgados que perro callejero (y solo vienen incluidos los panqueques).

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Así lo explica la doctora Blanca López, profesora e investigadora de la Universidad Autónoma de México, para indagar sobre lo que sucede en la psicología de una persona al caer en un anuncio.

“Las imágenes ya implican un atravesamiento del lenguaje, composición, encuadre, iluminación […]. Cualquier imagen que veamos, hasta una selfi, son mentiras”.

Sin embargo, se argumenta que, pese al aparente engaño, los elementos presentados suelen estar en el producto final, cosa que no sucede con la publicidad falsa.

“Si es una hamburguesa, si tiene esas características, los dos panes, las lechugas. Ahora, sí que si es, pero no, siempre habrá esa distancia. Ya que tú te hayas elaborado con esa imagen otro montón de cosas es distinto, pero las características están ahí”.

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Volviendo al tema, lo que se acaba de exponer aplica principalmente a la comida, por lo que estos anuncios no son necesariamente falsos. ¿Pero qué sucede con cosas que no son tangibles como usualmente si pasa en internet?

Eso… muerde el cebo

Para esto también hay muchos ejemplos, pero centrémonos principalmente en los videojuegos con jugabilidades que se parecen en poco o nada al producto final.

Si se tiene cuenta Instagram, muy seguramente el usuario promedio ya se habrá topado con uno de estos. Títulos interesantes que prometen tomas de decisiones o también acertijos visuales y que, una vez instalados, no son más que otra copia de Candy Crush u otro también que esté de moda

Ya con eso es obvio que es publicidad desleal pero, ¿qué sucede en la mente humana?, se tiene la creencia que, dependiendo de lo que se haya mostrado en el anuncio, este apelará ya sea a un público masculino o uno femenino.

Si el comercial tiene puzles con manivelas, palancas o laberintos, será para hombres; en cambio, si el juego posee interacciones con objetos o elecciones, será para mujeres. Se le preguntó igualmente a la Doctora si esto realmente funcionaba, a lo que contestó:

“No, la verdad es que no. Lo que pasa es que también hay un problema en como armamos los discursos, sobre todo los publicitarios. […] Les es más fácil aplicar modelos anglosajones, un sistema de etiquetas altamente estereotipadas”.

No, básicamente no sucede nada de nada

Nada de esto en la mente de nadie, salvo la lógica de si luce lo suficientemente real como para querer descargarlo.

“Entonces… a la hora que ‘bueno es que a los hombres les gustan más las opciones lógicas y a las mujeres las cuestiones afectivas’, ¿ah sí?”. (Refiriéndose a los anuncios que, supuestamente apelan a estos públicos). “El asunto es pensar que parámetros estereotipados nos sirven para codificar y armar estos mensajes”. Añadió.

No obstante, esta publicidad no solo está enfocada a este estereotipo de chicos y chicas, sino también en qué tipo de información proporcionan y, por supuesto, el dinero.

Publicidad FB Ej 1
De hecho, la mayoría de la publicidad de redes sociales necesita de información del usuario para funcionar de manera óptima, mostrando productos o servicios que le interesen a la persona.

Primero, dame tus ahorros

Como dijo una vez un rapero filósofo durante un evento público viral en internet:

“El mundo se consume en dinero, el dinero es dinero, el dinero es dinero, el dinero es dinero, aprende algo, dinero”.

Bueno, no era filósofo, ni tan buen rapero, pero si un meme memorable.

Aunque no se puede saber a ciencia cierta cual es el objetivo de cada una, las compañías, sobre todo de videojuegos y aplicaciones gratuitas que utilizan prácticas engañosa; suelen querer: dinero, datos… o las dos.

Lo más obvio podría ser pensar que el dinero lo quieren estafando a sus clientes, pero realmente lo obtienen de las descargas que esos clientes proporcionan. ¿Y cómo?, “¡sí cuando entro a esta app todas las reseñas dicen que no es lo que publicitaron!”. Bueno, sí, pero al proporcionarle una descarga, más arriba en la lista de búsqueda aparece, por lo que más gente que no conociera esa publicidad termina descargándolo.

 

Resultados Google Play Top Ej 1
Ejemplo. Varios de los juegos no necesariamente usaron publicidad falsa para llegar ahí (que se sepa).

Hablando de los que usan esta publicidad engañosa para videojuegos, esta suele ser especialmente efectiva contra gente que gasta dinero en contenido descargable o, más bien, micro transacciones.

Es decir, les interesa más que nada a las personas que poseen cierta predilección para gastar dinero. Sin embargo, esta característica no la comparten únicamente compañías que utilizan prácticas desleales, simplemente son los que más llaman la atención al respecto.

Por lo que a Facebook acusaron…

En cuanto a las aplicaciones se repite la misma historia, es difícil saber el objetivo y cual compañía lo hace y cual no, pero las mismas que usan publicidad falsa también quieren datos.

“No en todos, pero si es frecuente que, para la descarga de la aplicación, (la misma) te esté pidiendo algún dato. Tu correo, tu ubicación, alguna cosa que te pudiera interesar para la instalación y lo que está haciendo es minería de datos”. Menciona la doctora Blanca López al respecto.

“Al usuario no le sirve para nada, nada más para frustrarse, pero a quien lo está produciendo le permite obtener datos que después sirven para generar bases que son vendibles”.

Además, los datos recabados por las aplicaciones la usan terceros para poder generar más publicidad dirigida ya sea en redes sociales o para el uso que más les convenga.

“Cada vez que tengamos aplicaciones, juegos o cosas así, cuya descarga es gratuita, si hay que poner un signo de interrogación ahí porque algo están pidiendo y normalmente son tus datos”.

NGL Ej Minería de datos

Se necesitan dos…

Hay una obviedad que la gente necesita recordar: a las empresas no les interesa quién eres, sino qué patrones tienes.

¿Qué te gusta?, ¿cuáles son tus intereses?, ¿has usado esta aplicación durante los últimos meses?, ¿has jugado esto? ¡oh mira!, justamente hay simulador de citas con tus gustos justo para ti en este anuncio.

Algo así pareciera que sucede.

Y aunque, como se mencionó anteriormente, no son efectivos con cosas tan básicas como “hombre jugar con palanca y mujer tomar decisión”, sí que lo son con características más complejas del ser humano.

Publicidad Ejercicio Ej 1
Imagen de una aplicación de ejercicio para abdominales.

Si en un anuncio de una aplicación para ejercitarse muestra a un tipo poniéndose musculoso en una semana y consiguiendo muchas chicas, habrá dos conclusiones posibles:

1.- El cliente lo va a ver y lo va a ignorar por ser muy exagerado o…

2.- Lo va a creer porque quiere ponerse musculoso en una semana y conseguir muchas chicas.

Desde la lógica, no es posible conseguir la primera de esas características en ese límite de tiempo, pero la persona crea su propia idea dentro de su cabeza y se termina creyendo una mentira. Y como nota: Si no requiere esfuerzo, no es ejercicio.

Ese es el punto final de los anuncios falsos, no funcionan por sí mismos, una mentira necesita de alguien que la crea.

Ahora, si la empresa tiene información previa sobre a lo que una persona está predispuesta puede llegar a lograr ventas, recabar información o cual sea que sea su objetivo.

El que lo crea… o el que se emocione demasiado

“Mucho del hype tiene que ver con eso también […] al grado de que ya lo más rentable de un medio audiovisual como una película es el hype antes de que salga: que se estén peleando si están de acuerdo no están de acuerdo. Todo ese desmadre es infinitamente más rentable que la película”.

La Doctora explica que, a diferencia de hace años, lo que rodea el producto y el estilo de vida de la persona es mucho más importante que lo que se ofrece en sí. ¿Un juego de fútbol, simulador de vida o acción y aventura en celulares?, ¿o que tal una aplicación sobre cómo mantenerte sano?. En el primer caso, se te ofrece una experiencia y, en el segundo, un estilo de vida.

En este caso, el hype se refiere a una alta expectativa.

“Qué te muestro para que te intereses, esperes algo y te pongas a pleitearte con los demás por lo que esperas” Añadió.

Spiderman no way home publicidad
No hace falta remontarnos hace mucho, en los tiempos donde internet discutía si Tobey Maguire y Andrew Garfield saldrían, o serían solo tres Tom Hollands. Dándole publicidad a la película sin mucho esfuerzo.

El no acordarse a propósito

“A veces es asombrosa la incapacidad del consumidor para recordar en que instancias los están estafando”.

Y si te preguntas si la gente olvida tan fácilmente: no, no lo hacen, hay que recordar que no existen solo dos tipos de publicidad engañosa. También, por poner un ejemplo, está el caso de la serie más reciente de Amos del Universo, de la franquicia de He-Man que, aunque en su nombre no lleva a este personaje, sí que aparece en todos los tráileres y anuncios. Todo para que al final no fuera ni el protagonista.

Esto también se le considera falsa publicidad, ya que es un engaño y, así como con las hamburguesas del McDonalds, se podría justificar con que “la serie nunca llevó a He-Man en su título”.

Bien, ahora se anuncia una nueva serie de esta franquicia y los productores vuelven a aplicar la misma estrategia, donde la gente vuelve a caer una vez más en la farsa.

U otra opción más famosa: Star Wars Episodios 8 y 9. A algunas personas no les gustó el capítulo 7 de la serie de películas y, aun así, parte de esas mismas personas fueron a ver la continuación. Si algo es molesto como con la publicidad falsa, ¿para qué seguir viéndolo?

La cosa es que el enojo provoca una reacción, una reacción que genera más interacción que cualquier otra. Porque cuando alguien se enoja, protesta, y para hacer esto tiene que haber consumido algo del producto antes, tiene que haberlo descubierto.

“Los otros que vieron la 7 y les chocó y la vomitaron, yo no entiendo porque vieron la 8 y la 9 (refiriéndose a los filmes de La Guerra de las Galaxias). Tenían ganas de ir a hacer berrinche al cine, ‘hoy no me he encabronado por nada, voy a ver episodio 7 y 8’. También se tiene esa conexión en las audiencias”.

Y aunque no fueron una estafa con el tráiler, el punto es el mismo: lo que buscan los anuncios falsos es la interacción.

Star Wars Resultados Ej 1 (1)

Todos quieren un trozo del pastel

Las aplicaciones quieren que las instales para que aparezcan más alto en recomendados.

Los juegos, que los pruebes para que salgan más alto en las listas.

Las películas, que hables de ellas, para que más gente quiera ir a verlas.

¿Y los consumibles?, que los compres, porque de otra forma (a menos que te digan) no vas a saber cómo son.

Lo que se puede hacer

Como consumidores, la forma más directa en la que se puede parar el abuso con la propaganda falsa es dejar de consumir lo que se sabe que engaña. Buscar mediante fuentes cómo son las cosas realmente.

Este hartazgo ha llevado a canales como Pongámoslo a Prueba o a desarrolladores de videojuegos como los de La Codicia del Invocador a, en el primer caso, probar si los productos anunciados en internet son reales; o en el segundo, a burlarse de juegos engañosos en su misma publicidad.

Según la Comisión Federal del Comercio de los Estados Unidos (de dónde vienen la mayoría de los ejemplos expuestos en este reportaje), los engaños en internet serán tratados de la misma forma que con los medios tradicionales. No obstante, la escala de grises que pisan estas compañías con sus anuncios les permite justificarse.

Es, finalmente, la última palabra, la cual depende de una decisión que, bien o mal, la lleva un consumidor. Ya sea decidido a que no lo engañen, o a ser el cómplice de su propio verdugo.

VicBaws

'Aló!' Soy Víctor, periodista, creador de contenido y locutor. Disfruto bastante escribir así como usar mi voz, qué mejor que combinarlo con mi pasión por los videojuegos.