Ampersat es como un flashback a 1990, en lo bueno y lo malo

Muchas veces para crear algo nuevo nos vamos a inspiraciones y mezclar muchas buenas ideas. A veces salen aberraciones horribles y otras, con un poco de amor y sentido común, salen como Ampersat, que a pesar de que hace cosas bien, repite otras de los juegos de los 90s que no están tan buenas.

Y no, no es que no me haya gustado porque yo prefiero los juegos modernos… bueno, sí soy fan del estilo de los títulos modernos, ¡pero eso no tiene nada que ver!. De hecho, este título si que utiliza elementos actuales para darle frescura a una fórmula que, si me hubieran dicho que salió hace 30 años, me la creo. El punto es que tan bien balanceado está entre los defectos y virtudes, porque como juego se defiende, pero como disfrutable, ya veremos.

Por el poder de la arroba

La premisa es fácil: Lord Z, una letra malvada ha secuestrado a los habitantes de Gentlheim, el pueblo de nuestra protagonista, en cinco torres distintas. Nosotros encarnaremos a Ampersat, una arroba equipada con un bastón mágico y una espada; quien está lista para ir a cada uno de los calabozos y liberar a las letras.

Todo contado con un aire muy medieval, mágico y con gráficos que bien parecen de Windows XP, lo que dará cierto aire a nostalgia para algunas personas.

Pero, ya probando el juego, nos daremos cuenta que es del género de disparos con vista desde arriba que, según su creador; fue basado en Gauntlet, Smash TV, Zelda y Dash of Angband… La verdad es que yo solo conozco uno de todos esos y confiaré en la palabra del desarrollador. (En realidad ya los busqué, pero es irrelevante compararlos).

Clic, mouse clic

Tenemos dos formas para defendernos, con clic izquierdo para disparar la magia, pudiendo dejarlo presionado para ráfagas rápidas, o con un solo clic para un disparo individual; y clic derecho para pegar. Además de eso, hay una barra de experiencia de vida y experiencia muy clásicas (tanto en estética como en función) que, en caso de la última, se llenará cada que progresamos en las mazmorras.

Ah si, también se me olvidó mencionar que apuntamos los hechizos con el mouse.

Los enemigos son letras y cada uno posee ataques distintos. Por ejemplo, las Os grandotas pues te envenenan si las tocas, las os te disparan de lejitos; y las Os pero un poco cuadradas te pegan con mazos (estos últimos son los más desgraciados, te agarran en bolita).

Aquí entra una curva de dificultad más empinada que los edificios, porque, aparte de que no soy bueno en estos juegos (tampoco es tan difícil, Vic chillón); aprendes como en 1990, con el enemigo y a fuerzas.

El clic izquierdo tiene más cadencia, pero hace menos daño; mientras que el clic derecho hace mucho más daño, pero te tienes que acercar muchísimo para poder dar un golpe. Además de eso, se pueden equipar ciertas mejoras para Ampersat.

Pura funcionalidad

Las mejoras, que son aditamentos para el personaje, pues no se ven. Solamente influyen en las estadísticas a las que están sujetos cada uno; pero equipar al menos uno y siempre cambiarlos conforme encuentras mejores es esencial para que no te maten tan rápido.

Eso, cambiarlo o mejorarlo dependiendo de la mazmorra.

Aunque de cualquier manera aprenderás que también saber usar los entornos y poderes adecuadamente es mejor. Sí, claro, en un principio como el Vic chillón, parecerá lo más difícil del mundo; pero eventualmente te acostumbras al movimiento de los enemigos.

Ah si, además, hay un poder para embestir a los rivales, pero no funciona con todos y no estoy tan seguro tampoco de su funcionalidad. Sin embargo, siempre habrá uno nuevo que te obligue a replantear tu forma de jugar en el punto en el que te lo topes.

Con esto destaco la gran variedad de comportamientos que se le dieron a las diferentes letras, porque es sinceramente alucinante considerando que todo fue hecho por una sola persona.

Esta mezcla de características sí que lo hacen interesante, y si te gustan el género roguelite, entonces también será divertido.

De igual manera hay un árbol de habilidades que se puede mejorar con la barra de experiencia, no obstante, esta solo se acumula para ser gastada cuando volvemos al pueblo a descansar. Más específicamente a la casa destinada a esta parte del juego.

¿Y lo demás?

Bueno, de la banda sonora no hay mucho que decir, y el estilo artístico no varía más que en los colores de los niveles. Aunque en un principio sí dan la impresión de ser distintos, realmente usan la misma base para todo. Eso sí, hay que dar cierto crédito por tener un diseño de niveles que hacen parecer todo un entorno distinto aunque tengan los mismos elementos.

No, no se ve mal, y tampoco estoy hablando de los gráficos, que así como compararlo con otros juegos, es irrelevante.

Es simplemente que no tiene algo por lo que destaque salvo por que los enemigos, la protagonista, y casi toda la trama gira en torno a las letras de un teclado QWERTY. Ampersat es, finalmente, un título que no apelará a todo el mundo ni a cualquiera; sino a un tipo de jugador que le importa más la jugabilidad antes que siquiera preocuparse por saber cómo luce una arroba.

Y como no, para pasar todo en Ampersat también hace falta jugar… y mucho, parece una obviedad, pero me refiero más a esto que se le llama grind.

• Te lo recomiendo sí: Te gustan los juegos RPG de antaño con aspectos del roguelite.
• No te lo recomiendo sí: Aborreces los juegos de mazmorras donde hace falta jugar mucho para progresar.